El día que el mundo se quedó sin Messenger

�INFOBAE - El día que el mundo se quedó sin MSN Messenger


Me sorprende leer este titular. Hace un par de años, messenger no existía y hoy no podemos vivir sin él. Increíble pensar que 150 millones de personas, al igual que yo, estuvieron intentando conectarse durante toda la tarde de ayer sin resultados y bastante frustrados. Y se sintieron también desconectados del mundo.
Porque uno se olvida de que existe el teléfono y el contacto cara a cara para hablar con las personas. Por último, mandamos un mail. Pero no. No está ese saber que el otro está al otro lado, en su propio computador, contestando lo que uno escribe. Es extraño.
Esa sensación que tenemos cuando algún amigo o amiga que no has visto hace mucho, que probablemente esté en otro país, se conecta y reaparece en tu vida. ¿Qué sería de mis días sin mis conversaciones para arreglar al mundo con mi amiga Nata? Moriría de aburrimiento, en especial en estos meses de verano, cuando uno ha llegado de vacaciones y los demás recién se están yendo...Por eso Messenger merece titulares. Sólo espero que, con tanta conexión, no terminemos desconectados de verdad, en un mundo en donde el computador estará siempre entre nuestros amigos y nosotros.

Comments

Ceci said…
Me maravilla ver lo más unida a mis amigos y parientes que me tiene la tecnología. Chequear el e-mail es lo primero que hago al levantarme y lo último antes de irme a dormir. Sin embargo, creo que ya se me está pasando la mano. Aún con mis amigos de Vancouver el contacto principal es a través del e-mail. Nada de teléfono. Me aterra pensar que, a este paso, como tú bien dices, el computador estará siempre entre nuestros amigos y nosotros.
Sabia, Karen!
natatoro said…
Por lo menos hubo un día que no importó que estuviera desconectada. Amiga, no sabes cuánto te extrañé, incluso hoy estuve un rato dando vueltas por el messenger por si te encontraba (aunque, si lo pienso objetivamente, podría haberte llamado por teléfono, ¿qué loco, no? Y parece que no me pasa sólo a mí. Un beso enorme, me alegra estar de vuelta.

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