Yo llevo una rosa amarilla


Hace un par de días vi en HBO una película que me hizo llorar. Por lo que me hizo sentir al verla, y por la sensibilidad con que trata el tema central. Se llamaba “Iron Jawed Angels”, y cuenta la lucha de las sufragistas en Estados Unidos para lograr el voto femenino. La trama se centra en la historia de las sufragistas Alice Paul, y su amiga Lucy Burns.
A través de reuniones, marchas y discursos buscaron durante años el apoyo de los políticos. En 1917, realizaron frente a la Casa Blanca la primera protesta pacífica pidiendo el derecho a voto. Fueron llevadas presas acusadas de obstruir el tráfico, golpeadas por hombres que no consideraban que ellas debían votar para elegir a sus autoridades, y luego forzadas a comer durante la huelga de hambre...ello en una época de guerra, en que las mujeres dejaron por primera vez su hogar para trabajar en las fábricas y así poner el pan en la mesa, mientras los hombres peleaban en Europa.
Para los políticos, había cosas más importantes en qué pensar que el voto femenino: la guerra. Para las mujeres, la respuesta era simple. Se contaba con ellas en los malos momentos, para trabajar y apoyar al país en medio de la batalla... entonces ¿por qué no se las apoyaba para tener los mismos derechos?
Los sufragistas se distinguieron a sí mismas portando una rosa amarilla. La rosa roja representaba el bando contrario.
Recién en 1920 y bajo el mandato de Woodrow Wilson, las mujeres obtuvieron el voto en Estados Unidos. En Chile, el voto femenino para las elecciones parlamentarias y presidenciales recién se concedió en 1949, después de 30 años de lucha.
Confieso que me carga ir a votar. Pero tras ver esta película, siento que tengo una real razón para hacerlo. Debo hacerlo. Amanda Labarca y Elena Caffarena fueron quienes lideraron este movimiento en nuestro país. Si no es por ellas, por su devoción, por su lucha en favor de la igualdad intelectual y política ¿por quiénes cumplimos con este deber cívico?. Porque, más allá de que deteste las campañas, votar es más que marcar en un papel el candidato o candidata de nuestra preferencia...es rendirle tributo a estas mujeres, gracias a las cuales podemos hacerlo. Y espero no olvidarlo en la próxima elección.

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