Dinks: Todo tiene un límite

¿Hasta dónde vamos a llegar? Ayer estaba medio enajenada con esto de que se termina el limbo (además, fui a ver Emily Rose en la tarde, pero eso es otra historia), pero hoy mi capacidad de asombro se está agotando. Navegando por ahí, me topé con un nuevo término, los “dinks”. ¿Qué es eso? Bueno, en buen inglés es la abreviación de Double Income, No Kids. Es decir, aquellas parejas que postergan la paternidad. Por tener dos ingresos disponibles y cero vástagos, en teoría, pueden darse el lujo de tener buenos autos, un lujoso departamento, viajar por el mundo, realizarse profesionalmente y, por su puesto, disfrutar de esta especie de prolongación de la soltería, pero acompañados.
Un segmento nuevo que los adorables marketeros están explotando con ganas, aprovechando que el costo de la vida es cada vez más alto, los sueldos suben poco y muchos deciden ganar algo de estabilidad económica antes de traer hijos al mundo.
Porque lo que realmente me molestó es lo egoísta del término “dinks”. Como si no hubiera más razones que el consumir detrás de la gente. Y lo digo no sólo porque ando con algo de cargo de conciencia después de revisar mi cuenta corriente. Hay personas que tienen miedo de ser padres, de la responsabilidad que implica y, para qué estamos con cosas, de los gastos que trae aparejado. Ahora inventan este segmento nuevo. Crean segmentos entre los segmentos de consumo.
Yo me pregunto...¿qué más van a inventar? Pero hoy ya no se puede pasar por la vida sin un calificativo. Tweens, singletons, adultos jóvenes, metrosexuales, la cuarta edad, porque con una tercera no es suficiente…Basta, por favor. Todo tiene un límite.