La semana más larga de mi vida

Hoy amanecí sintiendo el peso del mundo encima. Semana dieciochera, y yo ya estoy con ansiedad. No por causa de las Fiestas Patrias, sino porque me voy de vacaciones después del 18. Por fin. Primera vez que tomo un tiempo libre a mitad de año. Y me voy al sur.
Pero los días previos, para esta trabajólica compulsiva, se ven difíciles. No sólo tengo que reemplazar la conducción del programa –y seguir haciendo mi pega-, sino porque esta semana todos andan en otra.
Tal vez sea que ya viene la primavera, o la alergia que llega con ella y que ya me está afectando. Pese a la tormenta del fin de semana, siento que el ambiente es diferente. Más liviano. Me acuerdo de la típica frase...”llegó septiembre y se fue el año”. No nos daremos cuenta cuando estemos comprando regalos de Navidad. Y planeando las vacaciones de verano a última hora.
Por el momento, espero poder sobrevivir esta semana sin ponerme neurótica, ni insultar a nadie y, lo que es más importante, delegando tareas (lo admito, es parte de mi personalidad trabajólica el no poder delegar). Pero, al menos, ya terminó este día lunes. 4 days to go. Ahora, si me disculpan, tengo una cita con Moby a la que no puedo faltar.