La crisis de mitad de año
Hace un tiempo comentábamos con la Nata sobre “la crisis de mitad de año”. Existe un momento, entre julio y septiembre, en que el trabajo se hace insostenible. Las horas de sueño se hacen pocas, uno comienza a odiar a los compañeros de trabajo, la idea del verano se hace más latente, los días en que uno anda mal genio van aumentando y la frase “necesito vacaciones” se intercala cada vez más en las conversaciones.
Hoy me declaro en plena crisis. No me soporto ni yo…claro, hay factores externos que influyen en este malestar, más allá del cansancio propio de mitad de año. Hay personas que uno odia con o sin crisis. Hay situaciones que uno detesta sea enero, abril o noviembre. El día a día. La rutina. Y así vamos sumando.
¿Cuál es la solución? Honestamente, me iría a mi casa ahora mismo. Por el momento, y dadas las casualidades de la vida, esta crisis coincide con un pronto viaje a Buenos Aires que, curiosamente, bien me servirá para airearme un poco. Necesito alejarme y ver las cosas desde fuera…estoy a punto de resfriarme por segunda vez en menos de un mes, lo cual es el indicativo físico de que necesito estas mini-vacaciones.
¿La mejor terapia en caso de crisis? Irme de shopping…ya estoy haciendo la lista de compras, porque hay que aprovechar el tipo de cambio. No puedo negar que eso me despeja la cabeza y en algo me sube el ánimo…pero me cuesta alegrarme. Me cuesta pensar en positivo a estas alturas del año. Por eso tengo que escaparme un rato, para no terminar estrangulando a alguien.
Hoy me declaro en plena crisis. No me soporto ni yo…claro, hay factores externos que influyen en este malestar, más allá del cansancio propio de mitad de año. Hay personas que uno odia con o sin crisis. Hay situaciones que uno detesta sea enero, abril o noviembre. El día a día. La rutina. Y así vamos sumando.
¿Cuál es la solución? Honestamente, me iría a mi casa ahora mismo. Por el momento, y dadas las casualidades de la vida, esta crisis coincide con un pronto viaje a Buenos Aires que, curiosamente, bien me servirá para airearme un poco. Necesito alejarme y ver las cosas desde fuera…estoy a punto de resfriarme por segunda vez en menos de un mes, lo cual es el indicativo físico de que necesito estas mini-vacaciones.
¿La mejor terapia en caso de crisis? Irme de shopping…ya estoy haciendo la lista de compras, porque hay que aprovechar el tipo de cambio. No puedo negar que eso me despeja la cabeza y en algo me sube el ánimo…pero me cuesta alegrarme. Me cuesta pensar en positivo a estas alturas del año. Por eso tengo que escaparme un rato, para no terminar estrangulando a alguien.
Comments
Saludos
Cariños Karencita
Ánimo! Ya te tocará descansar :)