Larga (corta) Distancia

Es verdad que el email nos ha cambiado y facilitado la vida...hoy en segundos podemos comunicarnos casi con cualquier parte del mundo y a un bajo costo. Pero no hay nada como una tradicional carta o un llamado telefónico.
Hoy era un día como cualquier otro hasta que recibí el sorpresivo llamado de mi amiga Ceci desde Canadá!...no puedo dejar de contarlo, porque es difícil describir la emoción que me dio escucharla. Hace cuatro años que no nos vemos, aunque los emails y comentarios en los respectivos blogs, hacen que parezca que la última vez que estuvimos tomándonos un café fue ayer.
Conocí a mi “hermana” Ceci trabajando hace haaartos años ya. Curiosamente, nuestra amistad se fortaleció cuando las dos nos cambiamos de pega...terminamos viajando juntas a Buzios (aunque la idea inicial era ir de vacaciones a Sydney, algo que está pendiente y ante lo cual no pierdo las esperanzas), yendo a exposiciones en el Museo de Bellas Artes y tomando cafecito “pelando” nuestros respectivos trabajos y arreglando el mundo.
Fue en ese viaje a Buzios en que vi como esta flaca comía y comía, y seguía igual de flaca (para envidia de la tercera viajera). Así también me di cuenta de su buen carácter, de su alegría y la inmensa bondad que tiene. Ahora, con un continente entero de distancia, sé que si tengo un problema, ella está “al otro lado del mail” dispuesta escucharme y yo estoy también pendiente de sus pasos.
El viaje a cangurolandia está pendiente, pero siempre tendremos los recuerdos del pan de queso, los chocolates, el maní tipo japonés y los helados por kilo (¿ven algún patrón aquí?), el mareado velerito por las islas, las fotos de Doisneau, las conversas al lado del terminal de Reuters y el infaltable café...nosotras seguiremos intentando arreglar el mundo.

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