Maldito verano

La maldita primavera llegó con toda su alergia esta temporada. Con alergia y compras compulsivas. Siempre lo he dicho, cuando me pongo nerviosa o ando ansiosa, compro. Y qué mejor que la temporada primavera-verano para relajarse un poco.
El problema es que, al probarse la ropa, uno comienza a ver los estragos que deja el invierno…llámense kilos de más o blancura extrema. Hace unas semanas, quería que fuera verano. Ahora me da un poco de pánico. Para qué hablar después del cargo de conciencia dieciochero y todas las empanadas que comí en esos días. Me autocastigué sin postre hasta fin de mes, pero me acabo de comer una Negrita.
En el tema de la blancura, nada que hacer. No puedo tomar sol y soy tan blanca como Gasparin, el Fantasma Amistoso. Solarium? Ni hablar. Finjo que ya no me molesta, pero odio que a mediados de enero me digan “qué blanca estás”. Año tras año.
Este período de transición invierno-verano es bastante más cruel que su opuesto. Los chalecos gordos y las bufandas se cambian por poleras sin mangas y antihistamínicos. No hay más que hacerse a la idea y empezar a comer más ensaladas y tomar más agua. Hacer como las francesas que no engordan y al buen tiempo, buena cara.

Comments

RCB said…
La temporada pasada me dio por primera vez alergia ... espero que no se repita el 2007 ... aunque me conseguí unas gotas infalibles que me dejaron "tip-top" a los dos días ...
Ceci said…
¡Ay, las alergias!

Leí que se ha convertido en un fenómeno patológico tan importante que la OMS la clasifica en 6ª posición entre las enfermedades más frecuentes que afectan a la humanidad.

Yo pensé que no padecía de ellas, pero ya he comprobado que soy alérgica a muchas cosas: los lunes, el stress, el celular, la mentira, la traición, la envidia… y la lista sigue.

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