Cuenta regresiva

No quiero escribir sobre Perú. Las vitrinas ya tienen adornos de navidad y me he empezado a sentir como el tipo del comercial del Banco de Chile al que lo persigue el viejo pascuero. Y, mientras el fin de año se acerca, pienso en todo lo que no he hecho este 2005.
He leído menos de lo que me había propuesto, el bordado sólo lo he agarrado una sola vez (un fin de semana que fui a la playa y la abuelita de Chris estaba tan feliz porque él encontró una “niñita” como yo que sabe bordar, coser y cantar), no he tenido tiempo para pegar fotos en ningún álbum y menos para tomar un taller literario. Es más, he pensado en retirarme de cerámica.
Quedan dos meses para que termine el año y la fuerza de voluntad flaquea cada vez más. Y me pongo a pensar en cosas pendientes o propósitos para este fin de 2005. Lo admito. Me encanta hacer listas. Vamos por parte.Tomar más agua y comer más sano; dejar mi adicción a las ramitas de queso; al menos terminar de leer los libros que tengo sobre el velador; preparar una nueva receta cada semana ( y dejar de comprar libros de cocina); poner cuadros en el living y colgar los que compré para el dormitorio; colocar la lámpara de comedor; ordenar el closet y el cajón de la ropa interior, comprar cortinas para el escritorio y un estante nuevo para los libros; escribir más seguido en este blog.